Fue la frase que se me ocurrió agregar a un comentario que
hice, sobre la muerte de Steve Jobs, el magnate y empresario estadounidense (de
origen árabe), MULTI millonario, que falleció el pasado 5 de octubre y que
provocó en mi entorno, que me tildaran de desubicada.
Sobre el hecho, y de la
saturación que hicieron los medios electrónicos de comunicación, rescato las palabras del cineasta Steven
Spielberg: “Murió el mayor inventor después de Thomas Edison…”. Comentario que me pareció atinado, y que
comparto. Jobs, revolucionó esta era
digital, con su aporte. Aceleró (por si
hiciera falta), el campo cibernético de la comunicación social. Nadie, lo duda.
Lo que me desagrada, es el tratamiento que hicieron la
mayoría de nuestros medios masivos,
llamados tecnológicos, sobre su desaparición física. Llegaron al punto algunos, de endiosarlo. Y
esto es lo que me parece desubicado, exagerado e irresponsable. Y lo que más me molesta, es que no se hizo-
por lo menos para mí-, inocentemente.
Sobre todo, por esa manía que tienen algunos empresarios de medios de
comunicación locales de querer, “machacarnos” sobre las bondades del desarrollo
y los avances tecnológicos norteamericanos, como único modelo a seguir. Demostrarnos
y demostrarse como invitados a pertenecer a una modernidad que no es la
nuestra, es prestada, y siempre querer
copiar los productos de la “Democracias abiertas y Modernas”, como la de
Estados Unidos. Esta cosa de reproducir las bondades de un neoliberalismo a
través de sus productos o de sus “soldados”, como Jobs, actores de este sistema
hegemónico.
No es nuestra realidad. Ni la de Latinoamérica. Destacar la
filantropía y la “vida difícil” de un mega-millonario (que con sus inventos
agrandó aún mucho más, las “arcas” del tesoro norteamericano,- pero no las
nuestras-), me parece desatinado e intencional. Disculpen, pero lo tenía que
decir.
ALICIA CAMPOS
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