martes, 2 de octubre de 2012

Quién dijo que todo está perdido...??


Siempre sentí (y siento), una gran ternura por la gente mayor, quizás porque me recuerdan a mis abuelos, tal vez porque estoy transitando la madurez,  o de pronto, porque tuve la inmensa fortuna de criarme en un barrio, en una época no tan lejana, donde  abuelos y abuelas eran  los protagonistas principales  de la familia. Eran los grandes “concentradores”. En mi caso, como siempre digo, los disfruté hasta los 89 años (mi abuela paterna) y casi 93 ( mi abuelo también paterno.). Ellos/as se sentían queridos, cuidados y respetados, como la mayoría en esos tiempos.

La vida familiar giraba a su alrededor, cada acontecimiento social reunía a tías/tíos, sus numerosos hermanos, primos, o compadres, como ellos mismos se denominaban. Esos que habían compartido el coraje y la aventura de dejar su tierra natal europea, escapando del hambre, para comenzar acá una nueva vida, que no les fue regalada, fue de mucho trabajo y sacrificio, pero sabiendo que al momento del “reposo del guerrero”, les esperaba una vida tranquila junto a los suyos.

A medida que crecía, los veía envejecer y la tristeza asomaba, de sólo pensar  que algún día, no iban a estar más junto a nosotros. -Qué gran vacío  iban a dejar en nuestras vidas!  Eran tan importantes…siempre ahí, para pasear juntos, jugar a las cartas, charlar, acompañarnos.

Un día, sin siquiera darnos cuenta, nuestras tradiciones familiares, como las que comenté más arriba, las llamadas “costumbres argentinas”, comenzaron a tambalear, un “nuevo mundo” asomaba.  Las prácticas sociales que vinieron de la mano de la globalización y el neoliberalismo, no tenían espacio para nuestros viejos. Había que adaptarse como sea a los nuevos tiempos.  Competencia, individualismo, aislamiento. Teníamos que pertenecer a cualquier precio a este nuevo paraíso que nos ofrecían descaradamente  y que resultó uno de los sistemas más crueles.

 Quedó antiguo reunirse los domingos a compartir los ravioles en la casa natal. Desaparecieron las sobremesas familiares. Se usaban esos fines de semana para pasear por los shoppings o hacer las compras en el súper. La locura se instaló en nuestras vidas. No había tiempo para darse una vuelta por el barrio de la infancia, mucho menos para  que la familia se reuniera.  La consigna era consumir y consumir. Comprar…adquirir objetos,  nos daba (y da) la falsa idea de felicidad total, teníamos tarjeta de crédito, y por tanto podíamos  abonar en muchas cuotas y tener todo lo que quisiéramos. Todos somos iguales y todos tenemos las mismas oportunidades! (Mentira más grande que una casa)

Para que íbamos a perder el tiempo!  Haciendo una visita a los mayores de la familia, viajar al conurbano, tan inseguro! si podíamos aprovechar los fines de semana para comprar o consumir o contentarnos con ver vidrieras repletas de todo lo importado que ingresaba al país y deseábamos tanto adquirir.  Una ola desenfrenada  de tecnología arremetió  para nunca más irse, en nuestra sociedad.   La carta fue reemplazada por el mail, el teléfono de línea, por mensaje de texto o chat,  y así, se fueron reemplazando casi todas las interacciones de la vida social, las que al día de hoy, tenemos naturalizadas.

A tono con las categorías que sigue pregonando el paradigma para  el ser moderno actual, (Belleza,  éxito, competencia, individualismo, juventud, mucho confort, consumo, etc.), los abuelos argentinos fueron dejados de lado. Pasaron a ser parte de lo que estorba, de lo descartable. Ya no había (ni hay), tiempo para cuidarlos y ayudarlos a transitar su vejez. Su palabra quedó out.  A nadie le importaba su opinión.  Se achicaron los hogares y crecieron los geriátricos.

La exigencia mental y física de la vida laboral, monopolizada por las grandes empresas privadas que desembarcaron en nuestro país globalizado, le impedía (e impide) al trabajador pensar en otra cosa que no sea trabajar y trabajar, o torturarse con la idea de perder el laburo, no sea cosa que nos quiten la capacidad de consumir y pertenecer!  Pertenecer a qué?

Pero quién dijo que todo está perdido…?
Por razones laborables actuales, interactúo muy seguido con adultos mayores.  Es un placer y un orgullo.  Y siento un gran alivio, porqué están de pié, y con una dignidad admirable.  Nada tiene que ver con ellos la categorización de “clase pasiva”.  No sólo resisten desde lo político, reclamando por sus derechos a una jubilación digna, cada miércoles frente al Congreso,  sino también desde lo social, conformando  asociaciones: los “Centros de Jubilados”, verdaderos espacios de recreación entre “pares”.  A través de estos lugares, viajan, bailan, estudian, ríen, tejen y tantas cosas más.

En esta oportunidad y con  motivo de festejar su día, harán representaciones artísticas, una manera más de demostrar que están más activos que nunca.  No es maravilloso?

 
 

ALICIA CAMPOS

domingo, 22 de julio de 2012

La razón de su vida


Semana de sentimientos encontrados para los/las “Evitistas” como yo.  Muchos/as de los que la admiramos  incondicionalmente, nos preguntamos, qué pasaría si Eva estuviera acá hoy…tantas cosas no?  Faltan pocos días para que se cumplan 60 años de su ”desaparición física”. Resalto lo de “desaparición física”, porque en la mente y en el corazón de los humildes, Evita está viva, y va a ser siempre así.  Ella es inmortal.

Por más que algún ignorante le haya deseado la muerte con ese inmundo “viva el cáncer”, que hayan querido hacer desaparecer, abusar, o mutilar su cuerpo momificado, o por más que hayan querido hacer desaparecer su existencia, incendiando o destruyendo su pertenecías, Evita vive….

Ella vive y vivirá eternamente, porqué nadie le habló a su pueblo tan directa y sinceramente. Nadie trabajó tanto, para devolverle al pobre su dignidad.  De hacerle entender a sus “descamisados”, que con ellos o ellas se estaba cometiendo una injusticia social por la que debían luchar.

Tengo la inmensa fortuna de contar con un ejemplar de la Razón de mi Vida”, de 1951.  Un libro con tapas de cuero rojo, que tiene la imagen de Eva en dorado.  Un verdadero tesoro, al que cada tanto consulto.  Un libro al que “los de siempre” tildan de propagandista, porque ni siquiera se tomaron el trabajo de leerlo.  Mejor, sería una ofensa para Eva.  Porqué ese libro no está dedicado a ellos.  Esa obra narra en un lenguaje sencillo, cómo empezó su amor por el que menos tiene.

En el capítulo XVII (pág.90/91) Eva sella una alianza de amor con su pueblo.  Nadie mejor que ella para describirlo cuando expresa: “ Los dirigentes políticos, los embajadores, los profesionales o intelectuales me llaman “Señora”, ellos no ven en mí más que a Eva Perón.  Los descamisados me conocen sólo por “Evita”. Si me preguntan que prefiero, no lo dudaría: Mi nombre de pueblo. Cuando un pibe   me nombra “Evita”, me siento madre de todos los pibes, de todos los débiles y humildes de mi tierra.  Cuando un obrero me llama “Evita”, me siento compañera de todos los trabajadores de mi país. Cuando una mujer de mi Patria me dice “Evita”, me imagino ser hermana de ella”.

Su devoción por ayudar a los más necesitados, le consumió la salud. No sólo por las horas agotadoras que les dedicaba, sino por la bronca y el desprecio, que sentía por los responsables de tanta injusticia social.  A ellos no dudaba en dedicarle discursos durísimos.  Nadie más valiente que ella para decirles en la cara lo que realmente eran, la parte parásita y egoísta de una sociedad que por muchos años pretendió un gobierno sólo con derechos para oligarcas.
Junto con mi libro, conservo también, estampitas de ella.  Las mismas que los golpistas de esa época habían ordenado destruir, prohibiéndolas conservar en cada hogar argentino. Una prueba más de cuán peligrosa era la Eva para estos indeseables.  Pobres inmorales, le tenían terror! Nadie como ella,  se atrevió a enfrentarlos.

Para Evita, la razón de su vida, fue su pueblo.  Su dedicación fue sincera, y el pueblo se dio cuenta. Ese amor mutuo, se transmitió de generación en generación.  En pocos días se la recordará a 60 años de su partida… En cada homenaje, el pueblo cumple  con su deseo: “Tengo una sola y gran ambición personal, quisiera que el nombre de Evita figurase alguna vez en la historia de mi Patria…que hubo una mujer que se dedicó  llevarle al Presidente las esperanzas de su pueblo para que las convierta en realidad…de aquella mujer, sólo sabemos que el pueblo la llamaba cariñosamente…Evita”.

 Hace falta agregar que no hubo, no hay, ni habrá nadie JAMÁS, igual a ella?

 ALICIA CAMPOS


sábado, 30 de junio de 2012

Chau.... Beto Querido...!!

Cuesta escribir cuando uno/una no está motivado. Hay tantos temas interesantes sobre la comunicación social, pero no hay caso, cuando la motivación es escasa, no sale.

La muerte de Beto Badía, me devolvió las ganas de escribir. Tal vez, porque necesito expresar todo lo que siento y cuánto significó para mí. Su partida, no digo que me sorprendió, porqué a decir verdad, la esperaba.  No lo veía bien. Esa maldita enfermedad, que no quiero ni nombrar,(no por miedo, sino por un sentimiento superior al odio). Esa maldita enfermedad se llevó a muchos seres queridos. 
Todos buenos, necesarios, fundamentales en nuestras vidas y en este mundo que deja mucho, mucho que desear y está cada vez más desprovisto de personas de esa calidad…

Intentaba convencerme de la recuperación de Juan Alberto, quizás, contagiándome del optimismo de otros/otras que lo quieren como yo, pero en mi interior sospechaba que algo no estaba bien. Lo confirmé hace dos meses cuando de casualidad, me lo encontré después de muchos años.

Fue en un restaurante que está cerca de mi casa. Recuerdo que me miró y me dijo, -Mi locutora favorita! Yo, me quedé muda porqué pensé que no me iba a reconocer. Lo quería abrazar, de hecho, lo hice pero lo vi tan frágil y tan triste. Me costó encontrar en él al Juan Alberto con el que tuve el honor de trabajar casi dos años.  Tenía ganas de decirle tantas cosas, pero me superó su estado, como decirlo, de vulnerabilidad.  Qué injusto! Porqué él!
Ayer, cuando me enteré de su internación y de su estado crítico, fui para mi casa.  Empecé a buscar fotos de la época hermosa en que compartimos la radio. Fueron tantos los momentos felices que viví junto a él! Era tan  especial. Siempre generoso, buen compañero. Nunca lo vi tratar mal a nadie. Beto ejercía la docencia del comunicador social, él daba clase, sin darse cuenta, de cómo debía ser un buen profesional. Todos/todas lo observábamos embobados.

Cuando ya tenía mis fotos ubicadas y las miraba detenidamente, recordé esos viernes mágicos, donde él sacaba la radio  a la calle. Hacíamos radio en  los bares, con figuras del espectáculo o de la política como invitados. Éramos un grupo muy unido y divertido. Sinceramente, nos divertíamos. Estaba repasando en mi memoria, todos los artistas que conocí gracias a Badía, cuando la radio me dio cruelmente, la noticia de su muerte.

Desde ayer, siento una enorme tristeza. Por un lado, la pérdida de un ser humano excepcional. Con él,  se fue un modelo de comunicador de los que quedan muy poquitos. Y lo que también me duele, es la sensación de orfandad que nos deja.  Juan Alberto fue  formador y referente de toda una generación de locutores. Fue nuestro modelo a seguir.

Chau, Beto querido, gracias por todo…nunca te olvidaremos!
ALICIA CAMPOS

domingo, 13 de mayo de 2012

EVITA… QUIÉN QUIERA LEER… QUE LEA…

Mientras viajaba con mi amiga Cuny  a los Toldos ( Provincia de Buenos), me reía sola. Pensaba con nostalgia en mi abuela. Si ella me viera, se emocionaría como yo en ese momento.  Tantas veces imaginé  como sería estar en ese pueblo.

Mi amor por Eva tiene muchos años. Me lo inculcó mi abuela paterna María. Una gallega de mucho carácter y de fuertes convicciones que no dudó, como ya conté en otra oportunidad, en venirse de su Galicia Natal, sola, con boleto de tercera, en un barco que tardaba una eternidad en llegar al puerto de Buenos Aires. Con 28 años, una edad en la que, en aquella época, para las mujeres, era tarde para todo. Llegó a la Argentina y empezó de nuevo.

Se casó, tuvo hijos y a pesar de no saber escribir, ni leer, llegó a manejar un almacén.  En todo ese recorrido, pasó muchas privaciones, pero no se achicó.  Se instaló definitivamente en un terreno    -comprado con mucho sacrificio-, con mi abuelo, en la localidad bonaerense de Wilde, tierra yerma, en ese entonces. Una zona con calles de barro y carencia de alumbrado público, entre otras dificultades.  Por eso no dudó un instante.  Fue a ver a Evita para pedirle por el progreso del barrio.  Y Evita la ayudó.

Mi abuela sentía pasión por Eva, como toda mi familia y todos los pobres del país, los trabajadores, los niños, abuelos, todos.  No menciono al resto porque solo representaban una minoría. Eran los parciales, los que  la criticaban por sus vestidos caros o joyas y no ponían atención en la agotadora y solitaria tarea de la abanderada de los humildes: devolverle la dignidad a los que nada tenían, como le pasó a ella misma.  En esa exigua porción de la sociedad que mencioné más arriba, voy a incluir a los parásitos sociales, a los que concentraban la riqueza de nuestro país en pocas familias de varios apellidos, a los explotadores, a los desalmados, a los egoístas, que pasaban sus aburridas vidas con los ojos puestos en la rancia Europa.  Conservaban sus fortunas por años y por herencias de dudosa procedencia y gracias a apellidos de alcurnia. Éstos, obviamente odiaban a la Eva.

Crecí adorando a esa mujer inmensa, que entregó su salud y su vida por los más necesitados. Por eso murió tan joven.  Dicen que las enfermedades vienen de las cuestiones mentales que uno no puede digerir.  Mi teoría sigue intacta, Eva se consumió por la bronca que le daba  tanta injusticia social (apreciación muy personal).

Por eso, cuando llegué a los Toldos, en el aniversario de su cumpleaños, como tantas veces había deseado, mi emoción fue indescriptible. Ahí Evita sigue viva.  La recuerdan su gente, sus edificios, los monumentos en honor a ella y su humilde casa natal hoy convertida en museo.

ALICIA CAMPOS

lunes, 26 de marzo de 2012

El…”Que Dios te bendiga”, me incomoda…




No lo puedo evitar, cuando alguien me lo dice, se me llenan los ojos de lágrimas…y  si el que me lo dice, lo hace mirándome a los ojos desde la profundidad de su tristeza, ni les cuento.

Para que se entienda. Cuántas veces vamos por la calle y nos encontramos con personas que nos ofrecen algún producto (curitas, lapiceras, medias, encendedores, etc)? Cuántas veces se pasa al lado de esas personas en situación de riesgo y nadie las registra? Nadie se detiene, ni siquiera a mirarlos, menos a escucharlos, son invisibles para la mayoría de los transeúntes. Vamos apurados y si nos piden plata, más.

Por si alguien aún se cree un “elegido”, les recuerdo que esos, son seres humanos,  iguales a nosotros.  La diferencia está, en que no tienen recursos para poder alimentar a sus familias, entonces venden algo, porqué tal vez les da vergüenza mendigar.  Claro, esto lo entienden muy pocos/pocas, y si encima la “escena” ocurre en un barrio “paquete”, ni les cuento. La mirada de desprecio va acompañada de…-Qué horror, el barrio se está llenando de indigentes! Ó “El Estado debería ocuparse” y otros comentarios tan estúpidos y lamentables.

Sí, claro, el Estado debería velar para que ninguna persona tenga que pasar por esa situación, pero, mientras tanto? Qué hacemos? Miramos para otro lado?, como nos inculcan y machacan desde este Sistema económico egoísta, que premia el individualismo y hace culto del bienestar económico como paradigma de la felicidad. Qué el otro se arregle…

Por fortuna, somos muchos también, los  que no pensamos así…gracias a Dios, y entonces cuando alguien por la calle nos pide una ayuda, nos detenemos, la ofrecemos con una sonrisa, y elegimos algo de lo tienen para vender, y lo comparamos con interés, porque quizás esos pesitos le sirven a ese ser humano, para poder comer ese día. Le  resolvemos la inmediatez. Por lo menos, sabemos que ese día, ese señor, mamá o niño, comen. Qué nos cuesta? Parece mentira, cómo les cambiamos por un rato, su desdicha por una sonrisa, encima, nos agradecen y casi nunca falta el “Qué Dios te bendiga”, que me conmueve cada vez que me lo dicen….ellos a mí. A mí, que tengo de todo y ellos o ellas, los vulnerables de nuestra descarnada y desigual sociedad, no tienen nada.

La desigualdad social me  enfurece. Me niego a aceptar que cuatro o cinco familias  concentren tanto dinero y que haya muchos que no tengan siquiera  para tomar un vaso de leche. Tema aparte, las muertes por desnutrición en un país tan rico como el nuestro ¡!

Por eso, cuando me bendicen de esa manera… me incomoda….Dios los debería bendecir sólo a ellos por soportar injustamente, todo lo que tienen que soportar, todos los días de su vida.

ALICIA CAMPOS


martes, 13 de marzo de 2012

Ortorexia…vigorexia…lo qué..?

Diría mi vecina Beba (si viviera), al segundo que le pregunte, si conoce el significado de estas dos palabras. Son términos poco conocidos aún, pero resumen, algunas de las patologías que padecen hoy, ciertos actores sociales.

La reflexión que intento desarrollar, parte de una nota, sumamente interesante, que leí el domingo pasado en una revista dominical y cuya autora es María Jimena Barrionuevo. Lo plausible, es, el estado de alerta que plantea la escritora, sobre determinados hábitos humanos devenidos en verdaderas patologías, que parecen ser naturalizados por la sociedad.
A modo introductorio, se denomina ortorexia, a la obsesión de ciertas personas por una alimentación saludable. Por otro lado, vigorexia, es la obsesión por tener un cuerpo musculoso. Ambas patologías forman parte, lamentablemente, de muchas otras que surgen por el tipo de vida  que nos toca vivir, sobre todo a los habitantes de los centros urbanos, como la anorexia, la bulimia y otros desórdenes mentales y físicos.
En el caso de los ortoréxicos, su preocupación excesiva y enfermiza por la vida sana, los lleva a declarar enemigos públicos a las grasas y a los conservantes.  Miran con microscopio, cada alimento que toman de las góndolas de los supermercados, y analizan detalladamente cómo están elaborados, tienen una manía con la comida orgánica y con la forma de preparación de determinados productos alimenticios, a los que consideran vedados si no se usan recipientes como madera o cerámica. Esta patología de culto a la ingesta sólo sana, es su vida misma y regula las amistades, las salidas, los horarios.  Los resultados en la mente y el cuerpo, no tardan en aparecer: intolerancia alimentaria, alergias, anemia, deficiencias vitamínicas, osteoporosis, además de los estragos mentales en caso de alguna transgresión o “licencia” comestible: sentimientos de culpa, frustración, y el recurrir a los ayunos faquirescos, para contrarrestar su “pecado”.

No menos alarmante es el caso de los vigoréxicos. Pasan muchas horas en los gimnasios, exigiéndole a su cuerpo más musculación y no ahorran en suplementos peligrosos, como los anabólicos. El resultado: tendinitis, desgarros, calambres, aumento del colesterol, cambios metabólicos, etc.  Los seguidores de Adonis como, los describe la colega Barrionuevo, son conocidos también, por anoréxicos invertidos.  Como frente al espejo se ven escuálidos y débiles, van en una carrera desenfrenada para aumentar su masa corporal, sin tener en cuenta el clima o si están enfermos. El gimnasio es, según la autora de la nota, su segundo hogar.  En caso de no poder concurrir, se deprimen, tienen culpa, etc.  Las estadísticas son preocupantes, solo en Argentina el 12% de la población de 12 a 30 años, tiene un alto riesgo de sufrir esta patología. Otro dato curioso, esta enfermedad, la padecen en su gran mayoría, los hombres y con  baja autoestima.

Me permití describir estas actitudes compulsivas porque son el resultado de un modelo que garantiza la felicidad a través de la competencia, el individualismo, el éxito, la fama, el cuidado exagerado del físico, la eterna juventud, la belleza plástica, la pasión por el dinero y el consumo que da muy buenos dividendos a los empresarios que las procuran y donde, los medios de comunicación electrónicos no son inocentes. Haga la prueba por favor, observe detenidamente, qué nos ofrecen las publicidades en su gran mayoría.

ALICIA CAMPOS

martes, 21 de febrero de 2012

¿QUÉ LES PASA A ALGUNOS HOMBRES?

Sin el mínimo ánimo de entrar en la odiosa polémica de machistas versus feministas, o de generalizar, la pregunta apunta directamente a flagelos sociales que con sólo observar estadísticas, lideran los que se denominan, del género masculino. Al mencionarlos (y no porque sea mujer), eriza la piel.

Casi a diario vemos, oímos o leemos con horror, desde los medios de comunicación electrónicos, casos de: muerte violenta de mujeres o niños, en un 95 por ciento, provocadas por parejas, maridos o padres. Con los más salvajes y alienables métodos (quemadas o apuñaladas) que cuesta creer que los autores, alguna vez hayan sido del género humano. 

Otro hecho aberrante: la pedofilia. Hombres que gozan y se excitan viendo fotos y videos, ó, abusando de niños o niñas!  Podemos sumar a estas inmundicias sociales, los que se desesperan en busca de un travesti. Y no por el travesti en sí, por qué  el travesti es una víctima de estos sujetos. No ejercerían su función, si no hubiera demanda de clientes masculinos.

Otra degeneración humana: la trata de personas.  Regenteada obviamente por hombres.  Las mujeres que son cómplices en este “negocio”, han sido primero raptadas, golpeadas, amenazadas y adiestradas para pertenecer a estas organizaciones mafiosas, y se integran, como forma de supervivencia. Sus valores han sido trastocados, su terror es tal que hasta naturalizan como normal que se secuestren mujeres para convertirlas en mercancía, como lo fueron ellas.

Las cuatro situaciones perversas mencionadas más arriba, son sólo algunos de los incalificables ejemplos de bajezas, protagonizado por hombres. Desgraciadamente hay más. Menciono otro?, los padres que obligan a sus hijas a tener relaciones sexuales con ellos. Uno más? Algunos que se hacen llamar “representantes de modelos” y las ofrecen a algún poderoso a cambio de un favor sexual, cosificándolas.

No tiene sentido, que algunos me refuten, diciendo que estas “prácticas” existen desde los comienzos de la humanidad, o que hay mujeres que también son violentas o asesinas, porqué la reflexión que me surge, va para otro lado. El contexto histórico es otro y el porcentaje de mujeres involucradas en estos repugnantes actos, es mínimo.  Se trata de buscar,(sin entrar en justificaciones psicológicas), la sin razón de que porqué algunos varones han caído tan bajo.  Se supone que en los tiempos que vivimos, el hombre (como especie), busca superarse, escalar en su condición de ser, con todos los elementos a su disposición.  Entonces, por qué algunos representantes masculinos hacen todo lo posible para destruirse y destruir al resto de la sociedad?  O será que la sociedad es la que crea estos monstruos?

ALICIA  CAMPOS

viernes, 27 de enero de 2012

15 años después, las mafias siguen en la Costa…

Hoy se conmemora un año más, del horrendo crimen del fotógrafo José Luis Cabezas. En aquel enero de 1997, y en una cava a la altura de Pinamar (a metros de la Ruta 11), apareció su auto calcinado, con él adentro. Su cuerpo casi carbonizado, presentaba además, dos disparos en la cabeza y estaba maniatado. 

A medida que escribo, no dejo de estremecerme, como lo hice cuando se difundió la noticia, como lo hago cada vez que paso por ese lugar donde lo ejecutaron cobardemente y como  hoy, durante su homenaje en Mar de Ajó.

Una mezcla de sentimientos asoman. Tristeza, por su injusta muerte y bronca, mucha bronca porqué  los autores de semejante atrocidad, no están presos, salvo algún que otro “4 de copas”.
Los que acostumbramos a visitar el Partido de la Costa frecuentemente, y desde hace muchos años, notamos con perplejidad, en lo que se ha convertido.  Un lugar que fue el paraíso de la tranquilidad, de la seguridad (hasta no hace tanto tiempo, se dormía con la puerta abierta) y del merecido descanso familiar, se transformó en el sitio preferido de todo tipo de mafias: prostitución, robos, drogas, y delincuencia de todo tipo.
Las casitas bajas que construyeron nuestros abuelos inmigrantes, con tanto esfuerzo, y que como característica, tenían ventanas con postigos sólo de madera y jardines floridos dentro de cercas bajitas, mutaron a propiedades con rejas de más de dos metros, medianeras con hileras de vidrios en punta, iluminación permanente y alarma.  Los vecinos que mantenemos con vida estos balnearios cada vez más devaluados, tenemos que vivir encerrados y si tomamos coraje para  ir a la playa, debemos tomar una serie de recaudos, para que, durante nuestra corta ausencia, no nos desvalijen.

Lo más triste es que empeora año a año por que se “huele” la atmósfera de impunidad que hay, una red de complicidad delictiva que sinceramente no se puede concretar tan descaradamente sin la protección de ciertos personajes nefastos: algunos policías, algunos Intendentes, algunos poderosos. No generalizo, sé que hay dirigentes políticos con buenas intenciones pero la sola idea de enfrentar tamaña organización mafiosa, los paraliza, como les sucede a muchos comerciantes y vecinos locales, cuyo miedo les impide denunciar, mucho menos en las comisarías…por razones obvias.
El crimen de José Luis Cabezas, sacó a la luz el accionar de estos bandidos. Por cumplir con su trabajo, lo mataron. Su “delito” fue, sacar una foto, atreverse a mostrar la cara de un “poderoso”. 

La muerte de Cabezas, también dejó al descubierto el nivel de protección con la que cuentan estos delincuentes… salvo dos o tres “perejiles”, ningún “pez gordo” quedó preso.

ALICIA CAMPOS

lunes, 16 de enero de 2012

VILLA GESELL…..Paraíso de los chorros!!!!

Hacía muchos años que no visitaba el balneario gesellino.  La oportunidad la tuve el primer día de este 2012, con motivo de llevar a mi hijo, que con cuatro amigos más, habían alquilado un departamento, para veranear ahí. Todo un año de preparativos para divertirse en ese lugar: dinero ahorrado, compra de ropa nueva “de marca”, planes que se hicieron a lo largo de 2011, para aprovechar y garantizar unas buenas vacaciones, donde además de todo el despliegue de guardarropa, no podía faltar, (llevar también), toda la tecnología necesaria: notebooks, celulares, etc.
Gesell es famoso porque es el lugar preferido de los jóvenes, digamos “sub 18”, en adelante. Una edad que todavía los encasilla en la categoría social de “vulnerables”.  Los adolescentes son una fuente inagotable de energía. Ellos la descargan en playas y boliches bailables, compartiendo las salidas con amigos, con risas y gritos de alegría, que a diferencia de nosotros los adultos, no se esfuerzan en disimular.  Todo lo contrario, les encanta demostrar lo contentos que están y la verdad, nos contagian.
En la mente de estos muchachos, no está la posibilidad de que alguna basura, los dañe, porque no tienen maldad y no piensan en eso, no porque no tomen precauciones, todos los días desde el mundo adulto, les mostramos lo enferma que está la sociedad en la que por desgracia, vivimos.  Sus cabecitas está ocupadas en tratar de divertirse y pasarla bien, como corresponde a su edad.
Como mencionaba más arriba, este primero de enero, dejé a mi hijo y a sus amigos, locos de contentos, felices con el departamento alquilado, que (no dije nada), a mí, me pareció una verdadera pocilga e inseguro. Eran tantas las  valijas y bolsos por tan poco tiempo, tantas las recomendaciones que le di, días antes, que pensé, sonriendo, que mis temores eran exagerados.
Quién, de ellos iba a imaginar que al segundo día de estar en Gesell, y cuando volvían de bailar a las 6 de la mañana, sus vacaciones se terminaban? Ninguno por cierto..  Las ventanas que cerraron al irse, estaban ABIERTAS.  Muy asustados y corriendo, llegaron a la puerta del departamento, que estaba CERRADA y SIN FORZAR.  Al entrar, comprobaron estupefactos, que estaba COMPLETAMENTE VACÍO.  Se habían llevado TODO. Todas sus pertenencias habían desaparecido. Las malditas pirañas, que entraron a robar, no les dejaron ni los cepillos de dientes.  Eso sí, (y algo muy curioso), del departamento, no tocaron nada. Es decir, microondas, TV, etc. eso no lo robaron…curioso no? Acto seguido, y confieso que eso me llenó de odio, se sentaron en el pasto a llorar desconsoladamente. Eso me dolió…ni media lágrima valen esos despreciables e inadaptados.  Algo que alivió y mucho el desamparo que sintieron, fue la contención que recibieron de la mamá y una amiga de los chicos, que vacaciona por la zona. Los acompañó en todo momento, alojándolos en su casa, alimentándolos y amparándolos.  Mi eterna gratitud hacia ellas!
Todo esto que narré más arriba, es sólo uno de las decenas de casos vergonzosos que padecen los jóvenes (también familias enteras), que veranean en ese balneario.  Es tal el grado de desprotección que se sufre! Empezando por los propietarios de esos “lujosos” departamentos, que como se ven venir los reclamos de las víctimas, por las vacaciones truncas, se hacen negar cobardemente, cuando uno los llama por teléfono.  Siguiendo (en la cadena de sospechas), con los encargados de los edificios, del que,( en este caso), no tengo pruebas, pero quedó muy mal parado, muy señalado….y por último, la policía….que no está a la altura o que está en esta red de corrupción costera, donde nadie de los mencionados parece inocente.  Dicen que la culpa no es del chancho, sino del que le da de comer…opino lo mismo.  De qué sirve tanto Operativo Policial en las rutas, si los “chorros” se les ríen en la cara y saltando esos “controles”, logran ingresar a los lugares de veraneo? O será que estos ladrones de poca monta, son locales? Los medios de comunicación difunden la inseguridad en la Costa Argentina, lógicamente por cada noticia de un robo, se cometen diez.  Es más que evidente, que a NADIE, le interesa, “destapar” la olla y si no me creen, los invito a buscar en internet el prontuario del Fiscal a cargo….que Dios nos cuide, porqué les aseguro que es al único al que podemos recurrir.
ALICIA CAMPOS