No suelo concurrir asiduamente a este tipo de eventos. Aparezco cada tanto. La mayoría de mis
ex-compas, sí, lo hacen todos los años, como un ritual. Quizás porque
la mayoría pertenece a esa comunidad del sur del conurbano, y continuó,
mandando a sus hijos a la misma escuela, o por una cuestión nostálgica de
seguir juntos, o como para evocar una etapa donde fueron felices.
A mí, en lo personal, como no me sucedió nada de eso, no le
daba la importancia que realmente este año, me di cuenta que tiene.
La etapa escolar, no es igual para todos. Va ligada, a la
historia familiar de cada uno. Por
diversas circunstancias, en mi caso no significó, salvo algunos
acontecimientos, una época a la que recuerde con felicidad. Por el contrario, fue una larga sucesión de
“tragos amargos” que tuve que superar. A
esto se le sumó, la situación descontrolada del país, que trajo la
inestabilidad laboral en la familia, un período prolongado de dificultades
económicas, que provocaron grandes angustias, sobre todo, cuando uno/a concurre
a un colegio privado prestigioso y debe hacer frente a los enormes gastos
que conlleva y que se hacen asfixiantes
en épocas de “vacas flacas”, como diría mi mamá.
Como “frutilla del
postre”, la compleja adolescencia. Qué
período difícil…de ahí, el término adolecer.
Atravesar esa parte de nuestras vidas, donde se convive con inseguridades,
complejos, amores, rechazos, etc. y la crueldad de ciertos
sádicos compañeros, que para sentirse mejor, hostigan a otros pares…y de vez en
cuando, te recuerdan que sos pobre, gordo, “anteojudo”, etc. En fin, monstruitos de un cuentito de terror.
Por suerte, todo se supera. A medida que crecemos, nos vamos
dando cuenta de que le hemos dado demasiada “prensa” a ese estado de
vulnerabilidad. Y vamos teniendo, con los años, recuerdos más cercanos a lo
risueño.
Creo, que por anteponer todo lo expresado más arriba, me
venía perdiendo compartir la verdadera
esencia de este tipo de encuentros. Y
este año, lo comprendí. Cuando Daniel propuso un brindis por estar juntos, por
el Nuevo Año, y por quién ya no está – Norberto, un querido compañero de la
primaria- descubrí que el objetivo es
ese, celebrar habernos conocido, eso es
lo más importante. Lo pasado, pisado….
ALICIA CAMPOS