domingo, 21 de agosto de 2011

Feliz Dia del Niño !!


El calendario del sistema capitalista que padecemos - desde tiempos inmemorables-, nos recuerda (a conveniencia) que el segundo o tercer domingo de agosto de cada año se festeja en países en vías de desarrollo (como el nuestro), el Día del Niño.

La fecha, como las del Día de la Madre, del Amigo, y otras, acompañan en algunos, frases como que es un día más, o que es todos los días, o también que es puro comercio. Tal cual, lo escuchamos en el inconsciente colectivo. Pero contrariamente, en vez de pasar esa jornada como un día común, repetimos este ritual de festejo que nos marcan, desde los sectores de poder, en todas las ocasiones que se presenten.

Está tan internalizado en nuestra sociedad, que basta y sobra con encender la tele,  la radio, u “hojear” un medio gráfico, para que nos lo recuerden. Desde las obras de caridad que hacen, ( en este caso el Día del Niño), algunas empresas importantes, repartiendo juguetes, o figuras del espectáculo, visitando hospitales de niños, hasta móviles en las jugueterías preguntando precios o entrevistando a los homenajeados, los niños, para preguntarles que desean en este día. Ni hablar, entre nuestras propias familias.  Obedecemos, consultando dentro de las mismas, que les vamos a regalar a nuestros hijos, sobrinos o nietos.  Es inevitable.  No sea cosa que quedemos como fundamentalistas o bichos raros. Refunfuñamos, pero lo hacemos.
Claro que falta un detalle que no se debe pasar por alto, la clase social a la que pertenecemos.  La cuestión del consumo llamado para “bienes de ocio o placer” pertenece al segmento social medio y alto. Si observamos la franja vulnerable de nuestra sociedad, la baja y más todavía, la que está debajo de ésta, la realidad es otra.

Para el segmento social menos tenido en cuenta, los más pobres, no existe o se trata desesperadamente de pasar desapercibido ese día, porqué no hay posibilidad de gasto en esos “lujos”.  El consumo de estas familias, va casi todo para la alimentación diaria. Y dependen entonces de algún alma caritativa, o de algún juguete sumamente económico (como los que se ofrecen en el transporte público o venta callejera), que los alivie de la angustia de no poder homenajear a sus niños, como se pregona desde este Modelo económico, tan desigual, y que por el otro les recuerda, su condición de pobreza.

Es tan injusto! Propongo desde este modesto espacio social intentar revertir el significado del Día del Niño. Cambiar la cuestión del regalo material, por  otras opciones. Simples, pero las más importantes: recordarles con un saludo y muchos besos y abrazos, cuánto los queremos.  Así no habrá diferencias.

ALICIA CAMPOS

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