sábado, 25 de junio de 2011

Disculpen... Soy mujer pero igual voy a opinar de futbol

Y es así. Parece ser que porque una es mujer no puede emitir palabra. A mí me avalan: ser hincha (de toda la vida y por tradición familiar) de Independiente, 26 años de experiencia en los medios masivos y casi 20 años participando en programas radiales deportivos. Lo aclaro porqué este lamentable comentario,  sobre si estoy capacitada o no, lo vengo escuchando desde hace años y del lado del sexo masculino, incluido familiares,  pero los más fundamentalistas son mis colegas, los periodistas deportivos.  Tantos años trabajando juntos, los quiero mucho  y sé que me lo dicen medio en broma pero lo he notado, no terminar de aceptar que una mujer emita una opinión sobre futbol. Lo siento, yo lo voy a hacer.

Y quiero aprovechar esta oportunidad  debido al triste momento por el que  está atravesando la Primera División de River Plate.  No se puede creer que un equipo líder como River, llegue a esta situación.  Una Institución de esa categoría (al igual que Boca, Independiente o Racing), que son líderes históricos en preferencia de socios, simpatizantes, incluso entre  los medios de comunicación tecnológicos, (obvio “venden”), con tantas Copas ganadas, con tantos jugadores gloriosos, esté pasando por la humillante incertidumbre de descender y resignar su lugar en Primera A.

¿¡Qué pasó!? ¿Quién es o son los responsables de que River esté viviendo esta pesadilla? ¿Será la Dirigencia de turno? Creo que habría que revisar desde muchos años antes, quiénes fueron los que llevaron a semejante equipo a este final, que espero no sea anunciado. Yo pertenezco a una generación donde todavía,  recuerdo, se jugaba por la camiseta, y donde los dirigentes sacaban plata de su bolsillo, para cuidar a su club, en momentos de escasez. Y lo que veo actualmente, es todo lo contrario. Malas administraciones, deudas millonarias, embargos, jugadores con contratos exagerados en dinero y que parecieran estar más preocupados por las publicidades que puedan conseguir para ser más famosos y ricos, o que tienen  la mirada en  algún pase europeo.  Son escasas las excepciones.

Modestamente, creo que habría que revisar por ahí. ¿Dónde quedó el amor incondicional por la camiseta, en este caso la millonaria? Saben, a mí me parece, que los únicos que realmente la siguen y la seguirán llevando con orgullo y con dignidad (pase lo que pase), y que son los que “bancan” siempre: son los hinchas. Para ellos y por respeto a ellos, se debe “sudar” la camiseta y salir de esta lamentable realidad.


ALICIA CAMPOS

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