viernes, 27 de enero de 2012

15 años después, las mafias siguen en la Costa…

Hoy se conmemora un año más, del horrendo crimen del fotógrafo José Luis Cabezas. En aquel enero de 1997, y en una cava a la altura de Pinamar (a metros de la Ruta 11), apareció su auto calcinado, con él adentro. Su cuerpo casi carbonizado, presentaba además, dos disparos en la cabeza y estaba maniatado. 

A medida que escribo, no dejo de estremecerme, como lo hice cuando se difundió la noticia, como lo hago cada vez que paso por ese lugar donde lo ejecutaron cobardemente y como  hoy, durante su homenaje en Mar de Ajó.

Una mezcla de sentimientos asoman. Tristeza, por su injusta muerte y bronca, mucha bronca porqué  los autores de semejante atrocidad, no están presos, salvo algún que otro “4 de copas”.
Los que acostumbramos a visitar el Partido de la Costa frecuentemente, y desde hace muchos años, notamos con perplejidad, en lo que se ha convertido.  Un lugar que fue el paraíso de la tranquilidad, de la seguridad (hasta no hace tanto tiempo, se dormía con la puerta abierta) y del merecido descanso familiar, se transformó en el sitio preferido de todo tipo de mafias: prostitución, robos, drogas, y delincuencia de todo tipo.
Las casitas bajas que construyeron nuestros abuelos inmigrantes, con tanto esfuerzo, y que como característica, tenían ventanas con postigos sólo de madera y jardines floridos dentro de cercas bajitas, mutaron a propiedades con rejas de más de dos metros, medianeras con hileras de vidrios en punta, iluminación permanente y alarma.  Los vecinos que mantenemos con vida estos balnearios cada vez más devaluados, tenemos que vivir encerrados y si tomamos coraje para  ir a la playa, debemos tomar una serie de recaudos, para que, durante nuestra corta ausencia, no nos desvalijen.

Lo más triste es que empeora año a año por que se “huele” la atmósfera de impunidad que hay, una red de complicidad delictiva que sinceramente no se puede concretar tan descaradamente sin la protección de ciertos personajes nefastos: algunos policías, algunos Intendentes, algunos poderosos. No generalizo, sé que hay dirigentes políticos con buenas intenciones pero la sola idea de enfrentar tamaña organización mafiosa, los paraliza, como les sucede a muchos comerciantes y vecinos locales, cuyo miedo les impide denunciar, mucho menos en las comisarías…por razones obvias.
El crimen de José Luis Cabezas, sacó a la luz el accionar de estos bandidos. Por cumplir con su trabajo, lo mataron. Su “delito” fue, sacar una foto, atreverse a mostrar la cara de un “poderoso”. 

La muerte de Cabezas, también dejó al descubierto el nivel de protección con la que cuentan estos delincuentes… salvo dos o tres “perejiles”, ningún “pez gordo” quedó preso.

ALICIA CAMPOS

lunes, 16 de enero de 2012

VILLA GESELL…..Paraíso de los chorros!!!!

Hacía muchos años que no visitaba el balneario gesellino.  La oportunidad la tuve el primer día de este 2012, con motivo de llevar a mi hijo, que con cuatro amigos más, habían alquilado un departamento, para veranear ahí. Todo un año de preparativos para divertirse en ese lugar: dinero ahorrado, compra de ropa nueva “de marca”, planes que se hicieron a lo largo de 2011, para aprovechar y garantizar unas buenas vacaciones, donde además de todo el despliegue de guardarropa, no podía faltar, (llevar también), toda la tecnología necesaria: notebooks, celulares, etc.
Gesell es famoso porque es el lugar preferido de los jóvenes, digamos “sub 18”, en adelante. Una edad que todavía los encasilla en la categoría social de “vulnerables”.  Los adolescentes son una fuente inagotable de energía. Ellos la descargan en playas y boliches bailables, compartiendo las salidas con amigos, con risas y gritos de alegría, que a diferencia de nosotros los adultos, no se esfuerzan en disimular.  Todo lo contrario, les encanta demostrar lo contentos que están y la verdad, nos contagian.
En la mente de estos muchachos, no está la posibilidad de que alguna basura, los dañe, porque no tienen maldad y no piensan en eso, no porque no tomen precauciones, todos los días desde el mundo adulto, les mostramos lo enferma que está la sociedad en la que por desgracia, vivimos.  Sus cabecitas está ocupadas en tratar de divertirse y pasarla bien, como corresponde a su edad.
Como mencionaba más arriba, este primero de enero, dejé a mi hijo y a sus amigos, locos de contentos, felices con el departamento alquilado, que (no dije nada), a mí, me pareció una verdadera pocilga e inseguro. Eran tantas las  valijas y bolsos por tan poco tiempo, tantas las recomendaciones que le di, días antes, que pensé, sonriendo, que mis temores eran exagerados.
Quién, de ellos iba a imaginar que al segundo día de estar en Gesell, y cuando volvían de bailar a las 6 de la mañana, sus vacaciones se terminaban? Ninguno por cierto..  Las ventanas que cerraron al irse, estaban ABIERTAS.  Muy asustados y corriendo, llegaron a la puerta del departamento, que estaba CERRADA y SIN FORZAR.  Al entrar, comprobaron estupefactos, que estaba COMPLETAMENTE VACÍO.  Se habían llevado TODO. Todas sus pertenencias habían desaparecido. Las malditas pirañas, que entraron a robar, no les dejaron ni los cepillos de dientes.  Eso sí, (y algo muy curioso), del departamento, no tocaron nada. Es decir, microondas, TV, etc. eso no lo robaron…curioso no? Acto seguido, y confieso que eso me llenó de odio, se sentaron en el pasto a llorar desconsoladamente. Eso me dolió…ni media lágrima valen esos despreciables e inadaptados.  Algo que alivió y mucho el desamparo que sintieron, fue la contención que recibieron de la mamá y una amiga de los chicos, que vacaciona por la zona. Los acompañó en todo momento, alojándolos en su casa, alimentándolos y amparándolos.  Mi eterna gratitud hacia ellas!
Todo esto que narré más arriba, es sólo uno de las decenas de casos vergonzosos que padecen los jóvenes (también familias enteras), que veranean en ese balneario.  Es tal el grado de desprotección que se sufre! Empezando por los propietarios de esos “lujosos” departamentos, que como se ven venir los reclamos de las víctimas, por las vacaciones truncas, se hacen negar cobardemente, cuando uno los llama por teléfono.  Siguiendo (en la cadena de sospechas), con los encargados de los edificios, del que,( en este caso), no tengo pruebas, pero quedó muy mal parado, muy señalado….y por último, la policía….que no está a la altura o que está en esta red de corrupción costera, donde nadie de los mencionados parece inocente.  Dicen que la culpa no es del chancho, sino del que le da de comer…opino lo mismo.  De qué sirve tanto Operativo Policial en las rutas, si los “chorros” se les ríen en la cara y saltando esos “controles”, logran ingresar a los lugares de veraneo? O será que estos ladrones de poca monta, son locales? Los medios de comunicación difunden la inseguridad en la Costa Argentina, lógicamente por cada noticia de un robo, se cometen diez.  Es más que evidente, que a NADIE, le interesa, “destapar” la olla y si no me creen, los invito a buscar en internet el prontuario del Fiscal a cargo….que Dios nos cuide, porqué les aseguro que es al único al que podemos recurrir.
ALICIA CAMPOS