domingo, 28 de agosto de 2011

27 de agosto – Día de la radiodifusión

Antes que nada feliz día para todos y todas! Porqué el entramado maravilloso de la radio lo hacemos todos: locutores, operadores, técnicos, productores y por supuesto, los oyentes. Perdón, me olvidaba de los empresarios (Capítulo aparte: la actual realidad de las radios privadas).  Sin este combo,  carecería de sentido la radio.

Hasta no hace muchos años, las distintas teorías sobre los medios de comunicación llamados “masivos”, no tenían en cuenta al receptor, ni les interesaba.  Mejor dicho, lo consideraban manipulable y pasivo. A partir de los´60, distintas Escuelas de comunicación social, fueron demostrando la circularidad de comunicación entre emisor-mensaje-receptor-mensaje-emisor y le dieron una categoría al oyente, que obviamente ya la tenía.  Porqué es el que nos elige, el que decide tomarse la molestia de escucharnos. Y a veces, gasta de su bolsillo, llamando por teléfono para opinar, participar o también quejarse. Por nuestro lado, intentamos prestar un servicio social: compañía, información y entrenamiento. Sí, la experiencia radial está para eso.  Claro, algunos personajes que pululan por los medios se olvidan.  Desde algunos conductores que sólo abren la boca para decir malas palabras, pensando que son modernos, hasta  algunos “amos” de los medios, que sólo les importa su platita y realmente hacen verdaderos desastres en las emisoras  de las que son propietarios. Por dar un vergonzoso ejemplo: maltrato, reducción y despidos de personal. Y más, pero el motivo de esta reflexión es evocar como soñaron la radio, nuestros pioneros.  Cuánta vergüenza les daría no?

Qué lejos quedó el modelo de radio que propusieron los llamados “los 4 locos de la azotea”! Denominados así porqué el 27 de agosto de 1920, se realizó en nuestro país, la primera transmisión de radiodifusión.  Cuatro jóvenes entusiastas: Luis Romero Carranza, César Guerrico y Miguel Mujica (todos estudiantes de medicina), junto con el Dr. Enrique Susini, transmitieron desde la terraza del Teatro Coliseo, para las pocas familias porteñas, que por aquella época, tenían la posibilidad de contar con un aparato receptor en sus casas.

Susini,  es considerado además,  el primer locutor argentino. Anunció a las 21 horas de ese 27 de agosto de 1920 que  inauguraba la primera transmisión radial argentina, poniendo en el “aire”, la ópera Parsifal, de Richard Wagner.

Vaya para estos Maestros, pioneros - visionarios de la  comunicación social teleradial, nuestro más profundo agradecimiento.



ALICIA CAMPOS

domingo, 21 de agosto de 2011

Feliz Dia del Niño !!


El calendario del sistema capitalista que padecemos - desde tiempos inmemorables-, nos recuerda (a conveniencia) que el segundo o tercer domingo de agosto de cada año se festeja en países en vías de desarrollo (como el nuestro), el Día del Niño.

La fecha, como las del Día de la Madre, del Amigo, y otras, acompañan en algunos, frases como que es un día más, o que es todos los días, o también que es puro comercio. Tal cual, lo escuchamos en el inconsciente colectivo. Pero contrariamente, en vez de pasar esa jornada como un día común, repetimos este ritual de festejo que nos marcan, desde los sectores de poder, en todas las ocasiones que se presenten.

Está tan internalizado en nuestra sociedad, que basta y sobra con encender la tele,  la radio, u “hojear” un medio gráfico, para que nos lo recuerden. Desde las obras de caridad que hacen, ( en este caso el Día del Niño), algunas empresas importantes, repartiendo juguetes, o figuras del espectáculo, visitando hospitales de niños, hasta móviles en las jugueterías preguntando precios o entrevistando a los homenajeados, los niños, para preguntarles que desean en este día. Ni hablar, entre nuestras propias familias.  Obedecemos, consultando dentro de las mismas, que les vamos a regalar a nuestros hijos, sobrinos o nietos.  Es inevitable.  No sea cosa que quedemos como fundamentalistas o bichos raros. Refunfuñamos, pero lo hacemos.
Claro que falta un detalle que no se debe pasar por alto, la clase social a la que pertenecemos.  La cuestión del consumo llamado para “bienes de ocio o placer” pertenece al segmento social medio y alto. Si observamos la franja vulnerable de nuestra sociedad, la baja y más todavía, la que está debajo de ésta, la realidad es otra.

Para el segmento social menos tenido en cuenta, los más pobres, no existe o se trata desesperadamente de pasar desapercibido ese día, porqué no hay posibilidad de gasto en esos “lujos”.  El consumo de estas familias, va casi todo para la alimentación diaria. Y dependen entonces de algún alma caritativa, o de algún juguete sumamente económico (como los que se ofrecen en el transporte público o venta callejera), que los alivie de la angustia de no poder homenajear a sus niños, como se pregona desde este Modelo económico, tan desigual, y que por el otro les recuerda, su condición de pobreza.

Es tan injusto! Propongo desde este modesto espacio social intentar revertir el significado del Día del Niño. Cambiar la cuestión del regalo material, por  otras opciones. Simples, pero las más importantes: recordarles con un saludo y muchos besos y abrazos, cuánto los queremos.  Así no habrá diferencias.

ALICIA CAMPOS

domingo, 14 de agosto de 2011

El Cara-Libro me ganó...


Y sí, lo debo reconocer.  Resistí todo lo que pude, pero su invasión descarada, me derrotó. Está bien, lo digo: -¡Tengo Facebook! Y lo peor de todo es que lo uso y bastante!

Soy de la generación del, te llamo por teléfono, o nos encontramos (pero en serio: en vivo  y en directo) pero también soy de la generación que tiene que, de alguna manera -  para no quedar marginada -    integrarse a tanto avance tecnológico y subirse al tren desenfrenado de los productos de este Sistema.

Siempre tengo presente las palabras de una profesora de la Facultad de Periodismo que una vez en clase, declamó (citando a famosos pensadores del pos-modernismo)  que si uno quiere aportar algo de sí para modificar las injusticias y desigualdades del Modelo hegemónico vigente, lo tiene que hacer por dentro del Sistema, por qué si se hace por fuera, uno queda “tildado” sólo de alternativo.  Y eso trato de hacer, poner mi granito de arena pero del lado de “adentro”. Por lo tanto intentaré, desde mi modesto lugar, hacer uso de este tipo de redes electrónicas, para contribuir a la comunidad.

Para ejemplo sobra un botón, decía una tía mía, pero el Facebook, así como otros medios de comunicación virtuales, como Twitter, blogs, mensajes de texto, y otros, se han impuesto de una manera alarmante, a tal punto que las personas (que las hay y muchas), que ni siquiera saben cómo se utilizan, quedan marginadas.  Grande es el esfuerzo de mostrarlos (desde las grandes Corporaciones)  como  un medio de comunicación social que tiende a  igualar, a traspasar fronteras;  pero es discriminatorio,  no sólo por la cuestión económica, sino además por la cuestión generacional.

Lo que no se puede discutir, es la rapidez en la circulación de la  información,  como búsqueda de personas, pedidos de sangre para algún paciente grave, o el extravío de documentos o mascotas.  Eso está muy bien: el servicio que brinda, es inagotable.

Hay algo que también resalto de esta herramienta comunicacional, que me entusiasmó para “pertenecer” y es que además de las cuestiones de esnobismo, narcisismo, egocentrismo e individualismo que se pueden suscitar entre algunos de los contactados, está el hecho de reencontrarse, aunque sea virtualmente, con tanta gente querida, que uno conoce de la vida, y no sabe que es de su existencia, a veces en años.  Ya sé que no es lo mismo, pero por lo menos intentaremos aprovechar para darle otro sentido a este medio. Por lo menos para mí. Es una de cal y otra de arena.

ALICIA CAMPOS

domingo, 7 de agosto de 2011

TRISTEZA NÃO TEM FIM…..EN EL SUBTE

Tres días después de las elecciones por el balotaje porteño, que diera ganador a Mauricio Macri, tuve la imperiosa necesidad de ir al Centro.  Lo digo así, porqué realmente detesto ir al Centro Porteño.  Es un viaje a la selva (con perdón de los animales).  Al optar por un medio de transporte rápido, elegí el menos peor, o sea, el subte.  Bueno, hay que reconocer que cuando funciona como debe ser, es maravilloso. En diez minutos, atraviesa varios barrios. No debo ser la única que piensa de esta manera, solo basta observar cómo se viaja…como dentro de una lata de sardinas.

Subo en la Estación Bulnes de la Línea D, sí ya sé, más conocida como “Alto Palermo” y en la siguiente (Agüero), ingresa justo en “mi” vagón, alguien en quien reparé porqué cantaba en voz alta (imitando el idioma brasilero) Tristeza não tem fim…. El señor en cuestión, aparentaba unos 50 años. Pelo canoso, vestía ropa muy gastada, lo mismo que sus zapatos. Se notaba pobrecito, que estaba en situación de calle.  La gente lo miraba desdeñosa, pero a él no le importaba.  En sus manos, estrujaba un diario de esos que se reparten gratuitamente, al que le iba arrancando las hojas, al mismo tiempo que despotricaba contra Macri.  Se quejaba de los medios de comunicación. Para él (gritaba), eran los culpables del triunfo macrista y los acusaba de ser grandes manipuladores, que la gente, es tonta, etc.  Al rato se callaba y volvía a entonar la misma estrofa paulista.

Vaya uno a saber el porqué de su canción y  porqué se la había “agarrado” con Mauricio Macri, pero lo que me interesa resaltar, es la cantidad de personajes y situaciones que se presentan en este tipo de espacios comunicacionales, como el subte,  y me atrevería a decir, casi cotidianamente. Son escenarios maravillosos de observación e interacción de prácticas comunicativas: las buenas, las extrañas o las malas. El ejemplo que cité, fue un hecho simpático, pero muy a menudo, están los otros: los robos, las agresiones, los empujones, y más situaciones desagradables que reflejan el tipo de sociedad en la que vivimos, cada vez más patológica.

ALICIA CAMPOS